El turismo sanitario en el ámbito de la cirugía estética es una práctica cada vez más popular, en la que pacientes viajan a otros países para someterse a intervenciones estéticas. Según estimaciones recientes, el mercado global de turismo médico, que incluye una alta demanda en cirugía estética, podría alcanzar un valor de 75.3 mil millones de dólares para 2030, con un crecimiento anual del 25.2 % desde 2023 (1). Países como Turquía y Tailandia han experimentado un aumento notable en la afluencia de pacientes internacionales en los últimos años, debido a su oferta competitiva y al desarrollo de infraestructura médica avanzada, posicionándolos entre los destinos más populares para este tipo de procedimientos. Sin embargo, aunque el fenómeno ofrece ventajas, también implica riesgos importantes que deben considerarse con detenimiento antes de tomar una decisión.
¿Por qué la gente opta por el turismo sanitario en cirugía estética?
El turismo sanitario resulta atractivo para muchas personas, especialmente por los precios competitivos que ofrecen algunos países. La diferencia de costos puede ser significativa, lo que permite a los pacientes acceder a cirugías de alta demanda, como liposucción, aumento de pecho o rinoplastia, a un costo menor. Además, la idea de someterse a una cirugía mientras se disfruta de un destino exótico o una experiencia de desconexión de la rutina diaria puede resultar tentadora.
Riesgos y peligros del turismo sanitario en cirugía estética
A pesar de sus aparentes ventajas, el turismo sanitario implica riesgos importantes que deben ser cuidadosamente valorados. En primer lugar, la calidad y seguridad de los centros y profesionales puede ser una gran incógnita. En algunos destinos, la regulación y las credenciales de los cirujanos pueden no ser tan estrictas como en otros, lo que aumenta el riesgo de procedimientos en manos de personal no cualificado o en instalaciones sin la debida acreditación. Esto incrementa la posibilidad de complicaciones serias, como infecciones, errores quirúrgicos o resultados insatisfactorios.
Además, el paciente puede enfrentarse a barreras idiomáticas y culturales que dificultan la comunicación con el equipo médico, lo cual es especialmente crítico cuando se trata de comprender instrucciones postoperatorias o los riesgos del procedimiento. Otro factor importante es el riesgo de infección por bacterias resistentes, que puede ser mayor en algunos países y conlleva complicaciones que a menudo son difíciles de tratar una vez de regreso en el país de origen.
También se debe considerar la posibilidad de complicaciones legales. En muchos países, las leyes de responsabilidad médica y de compensación pueden ser menos estrictas, lo cual limita los recursos legales en caso de mala praxis.
El impacto psicológico es otro aspecto relevante, ya que someterse a un cambio estético lejos de la red de apoyo familiar puede afectar el bienestar emocional del paciente en la fase de recuperación.
Por último, volar largas distancias poco después de una cirugía eleva el riesgo de trombosis y puede empeorar el dolor o la inflamación. Además, la falta de un seguimiento adecuado y cercano a medio y largo plazo dificulta el control y manejo de complicaciones cuando el paciente está a miles de kilómetros del cirujano que realizó la intervención
Conclusión: La decisión de elegir la seguridad sobre el precio
Elegir someterse a una cirugía estética en otro país puede parecer una buena opción por el precio, pero los riesgos asociados pueden tener un alto costo para la salud. Asegurarse de que el lugar y los profesionales están debidamente acreditados, considerar las dificultades del postoperatorio a distancia y la importancia del seguimiento son factores esenciales para una recuperación segura y sin contratiempos. Al final, invertir en seguridad y calidad es invertir en uno mismo, y tu salud no tiene precio.
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Supercontenta de haber decidido operarme con el Dr. Aguilera. Lo recomiendo 100%