Reflexión personal 

Durante mi formación como residente tuve un profesor que decía que el cirujano plástico es el cirujano del alma. Y explicaba que en ocasiones la cirugía plástica no pretendía tratar ni curar enfermedades simplemente remendar el paso del tiempo o solventar complejos estéticos de nuestros pacientes. Fuera este el caso o no, siempre podía conseguir que las personas se sintieran mejor, más felices, con más confianza y autoestima. Y que esto les permitía desenvolverse mejor en su entorno.

 

Aunque aquellas palabras no están faltas de razón, a mi no me gusta ser tan grandilocuente, por lo que yo prefiero acotarlo de la siguiente manera: "vernos mejor por fuera nos ayuda a sentirnos mejor por dentro". La felicidad, la confianza, la autoestima y las interacciones sociales van a depender también de otros factores. Pero este "sentirse mejor por dentro" puede ser el primer paso para emprender ese camino.